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Order Comics

Order Comics, la odisea gráfica de los hermanos Albán

Los gemelos Albán son una pareja de artistas de cómic colombo-venezolanos que ha elevado la vara del cómic nacional. Su novela gráfica Order se ha ganado el corazón de una comunidad con una narrativa distópica de ciencia ficción que bebe de las complejas experiencias de la realidad latinoamericana que han vivido en carne propia los hermanos. Esta es la historia de un sueño y un encuentro.

El cómic independiente siempre ha supuesto dificultades para sus creadores. Si bien es cierto que de estos cerebros han nacido algunas de nuestras franquicias favoritas (solo piensen en el imperio que han constituido los padres de las Teenage Mutant Ninja Turtles), son siempre una excepción a la regla. Si llevamos la conversación al contexto latinoamericano y nacional, las cosas no resultan más sencillas. A pesar de las dificultades de distribución, el poco interés del público nacional y la falta de estímulos para los realizadores de cómic en Colombia, artistas y escritores continúan insistiendo en compartir su imaginación secuenciada en viñetas. Entre los talentos más nuevos se encuentran en un lugar especial los gemelos Albán.

Criados entre Colombia, Venezuela y por temporadas cortas en los Estados Unidos, este par de gemelos ha sido el encargado de crear Order, una novela gráfica dividida en ocho capítulos que ha elevado la vara para los escritores y dibujantes de cómics en nuestro país, a la luz del cuidado minucioso que tiene cada uno de los productos ideado por la dupla Albán. Así, más allá de presentar una historia envolvente cargada de personajes memorables, los hermanos han probado que se puede crear un producto de calidad que se preocupe por honrar el respaldo de una comunidad que ha ido creciendo exponencialmente en un período de dos años. Es una historia de despedidas y reencuentros, el relato de dos héroes conforme van tomando forma las páginas.

El mito de origen: cómo nace Order Comics

Los gemelos Albán son hijos de un matrimonio complicado en el que las peleas eran constantes. Por ello, cuando la incompatibilidad de personalidades alcanzaba un punto extremo, Luis Eduardo y Luis Eugenio emigraban del hogar paterno para cruzar la frontera colombiana junto a su madre. “En una de esas separaciones nos fuimos con mi mamá a Venezuela y caímos en la época en la que Chávez muere y Maduro asume la presidencia”, recuerdan los hermanos sobre este viaje fundacional. “Nos tomó primero por sorpresa y, además, fue un momento muy fuerte pues vivimos toda la época de las protestas”. Adicionalmente, por tener calificaciones escolares colombianas, les resultaba muy difícil encontrar colegio en el país hermano. Las cosas no mejoraron cuando su casa en Venezuela se incendió, por lo que tuvieron que irse a la casa de su abuela en Urica, un pueblo privado de energía eléctrica y en el que era muy difícil encontrar agua potable.

“Lo que queríamos con el universo era replicar algo que pasa cuando caminas por Bogotá y es que es gris y gótica, puntiaguda, hay mucha violencia. Eso pasa en Venezuela, pasa en Argentina.”

“En Bogotá, vivíamos acá en el Virrey y pasamos a bañarnos con un baldecito. Fue un choque muy fuerte, pero también nos enseñó mucho, nos hizo crecer bastante”, explican los Albán quienes estuvieron un año soportando toda suerte de dificultades, hasta que decidieron volver junto a su padre. “Mi mamá estaba muy susceptible con el tema y llamó a nuestro papá para decirle que nos devolvíamos a Colombia. Nos lleva al aeropuerto, pero ella no se monta en el avión porque no tiene papeles. Nos dice que si a nosotros nos pasa algo ella no se lo va a perdonar nunca, pero no tiene como irse con nosotros, entonces ahí nos separamos y llegamos acá a Colombia solos. Teníamos 16 años”. Sin embargo, cuando regresaron al país, su padre atravesaba una situación económica difícil, por lo que tuvieron que compartir un camarote en un apartamento ínfimo de Suba Rincón que hacía las veces de bodega para su progenitor. 

“Como nos habíamos mudado tanto no creamos relaciones con la gente, pero sí sabíamos socializar. No podíamos crear relaciones íntimas y la única forma de hacerlo era por medio del cine o la escritura”, explican los hermanos sobre cómo empezaron a darle forma a su proyecto. Así, explorando el enorme terreno abonado por la ciencia ficción, los gemelos descubrieron el valor de este género muchas veces desdeñado, viajando por los mundos ideados por Herbert, Asimov u Orwell. Fue el primer paso para dar forma a Order, su primera novela gráfica, presentada entre 2021 y el año pasado, cuando culminó su publicación periódica.

Order, una historia inspirada en hechos reales

Order, la primera historia publicada por los hermanos Albán, sigue la odisea de Hans y Radock, dos gemelos separados de su madre quince años antes que subsisten trabajando por un mísero jornal en la estación espacial a la que llegaron después de salir de su tierra, Namar, guardando apenas una fotografía junto a su madre como único amuleto de un pasado difuso. “La novela gráfica trata de dos hermanos que buscan a su mamá. Es algo que sí queríamos. Queríamos reencontrarnos con nuestra mamá, estábamos dispuestos para reencontrarnos con ella, pero ella representa otra cosa. Es la idea de salir adelante. Es el artista buscando encontrar una oportunidad”, resumen los Albán. Evidentemente, la historia guarda una relación directa con los hermanos, pero no es propiamente una mímesis de su historia.

“Hay algo que ha sido criticado en Order y es que los personajes no se salen de los cuadros, pero tiene una razón, es una distopía y están encerrados en este universo: no pueden salir de las viñetas. Es totalitario”

Una de las particularidades de Order es que está informada por la compleja situación política latinoamericana. Después de ver las banderas blancas del proceso de paz en Colombia y de ver las manifestaciones venezolanas a favor y en contra de Maduro, los Albán dieron forma a una historia que escapa de maniqueísmos, pues transcurre en un complicado espectro de grises. “Lo que queríamos con el universo era replicar algo que pasa cuando caminas por Bogotá y es que es gris y gótica, puntiaguda, hay mucha violencia. Eso pasa en Venezuela, pasa en Argentina. Son países muy violentos. Muy mezquinos”, reflexionan los hermanos sobre el universo al que dieron forma, inspirados por algunos de los más importantes títulos de la ciencia ficción. “Lo que queríamos hacer con este universo era crear una entidad que todos conocieran. Eso pasaba en 1984: hay una figura que es el líder, pero son títeres, no sabemos realmente quién manda. Teníamos este fundador de un orden, pero que es restrictivo. Por otro lado, están los rebeldes, una guerrilla. Pero la guerrilla surge porque no está de acuerdo con una situación específicamente, no necesariamente es mala. No necesariamente es buena”.

En el relato, el universo de Order fue creado por un líder espacial que gobierna a distintas razas galácticas a partir de tres pilares básicos: orden, razón y unidad. Sin embargo, detrás de la estabilidad que suponen estas tres columnas, una sombra que se proyecta tras ellas nos habla, más bien, de la opresión, el control mediático y el adoctrinamiento. En este sentido, el paso por las instituciones escolares venezolanas influyó sobremanera en la concepción de este orden. “Cuando estábamos en Venezuela había una clase que nos dictaban que se llamaba Cátedra Bolivariana de Venezuela. Nos decían que la persona que amamantó a Chávez también amamantó a Simón Bolívar. Eso estaba en los libros. Si a uno le parecía raro el tema de las fechas que no cuadraban, perdía la materia. También a los cuadros de Simón Bolívar los empezaron a adaptar, les empezaron a poner una nariz como una flecha como si fuera Chávez”, explican. 
Adicionalmente, la idea de que fuera un universo representado en blanco y negro le permitía a los hermanos hablar de estas fuerzas que no terminan de definirse: el bien y el mal y, sobre todo ante estos, la pregunta por cómo discernir cuál es cuál. Esta decisión cromática ha alienado a cierto sector del público, el más juvenil, pues, al carecer de colores les resulta menos atractivo. Sin embargo, recorriendo las páginas de la historia, era absolutamente necesaria dicha elección, pues reitera la sensación opresiva del mundo que busca representar. “Otra cosa es que queríamos ser muy sesenteros en la diagramación. Hay algo que es bien criticado en Order y es que los personajes no se salen de los cuadros, pero tiene una razón, porque es una distopía y están encerrados en este universo: no pueden salir de las viñetas. Es totalitario. Son cuadros organizados”, añaden sobre la forma y contenido del cómic. “Nos gustó mucho eso porque, cuando lo estábamos haciendo, veíamos que era muy fácil de leer”.imágenes

Más allá de las prisiones espaciales: la comunidad de Order Cómics

Una de las características que distingue a Order entre la plétora de publicaciones independientes de nuestro país es la calidad de su producto y la manera en la que han construido una comunidad en torno a su historia en blanco y negro. Cuando los hermanos Albán empezaron a trabajar en su proyecto se vieron en la obligación de entender el mercado del que querían hacer parte. Durante su primera visita a SOFA, los Albán se hicieron con todas las publicaciones independientes que pudieron para generar un diagnóstico del mercado nacional. Con ello en mente, produjeron libros de una calidad a la que la escena independiente no estaba acostumbrada. En ese sentido, su investigación les permitió no solo crear una publicación visualmente atractiva, sino que obligó a los demás creadores independientes a mejorar la calidad de sus propios cómics, para intentar igualar o superar la vara tan alta que han establecido los gemelos.

“Nosotros tratamos de entregarnos a esa persona y sentarnos a explicarte qué hago, qué hice, qué me funciona, cómo funciona”

Estos aprendizajes, sin embargo, no los han guardado herméticamente para que funcionen únicamente dentro de su modelo de negocio, sino que los comparten abiertamente con sus seguidores y curiosos. “Cuando iniciamos no conocíamos de materiales, ni qué había, porque nosotros no habíamos leído cómic colombiano hasta ese primer SOFA. Claro, pero entonces compramos todo y lo leímos todo y revisamos todos los libros todo lo que pudimos y ahí fue cuando dijimos: ‘listo, ahora sí vamos a lanzar algo’”, explican. 

Ha sido un camino de ensayo y error que ha probado ser exitoso, por lo que cada vez más las personas les preguntan por la manera en la que han planteado su empresa. “Lo que empezamos a hacer con los reels en redes sociales era tratar de responder esas preguntas que estaban llegando al stand: nosotros tratamos de entregarnos a esa persona y sentarnos a explicarte qué hago, qué hice, qué me funciona, cómo funciona”, añaden. Más allá de las vistas y los likes, los hermanos querían devolver a su comunidad parte de lo que les había dado. Sin embargo, estos videos tienen una interacción altísima para el nicho lo que evidencia un interés cada vez mayor por este tipo de publicaciones. 

Por ello, los hermanos invierten tanto en sus participaciones en ferias como la FILBO, SOFA o la Comic Con. Para la dupla es importante poder servir a su comunidad y ofrecerles una experiencia emocionante dentro y fuera de las páginas de Order.  “Teníamos un espacio donde la gente podía sentarse, donde pudiéramos hablar con esa persona, ofrecerle un café. Contratamos un servicio de catering en una salita para que la gente pudiera sentarse a tomar un café, unas galletas. Se trata de intentar hablar con las personas para resolver todas las dudas que pudiéramos y crear un vínculo”. 
No es difícil entender por qué Order se ha convertido en un fenómeno de la gráfica independiente colombiana. El viaje no ha terminado, pero ahora, por suerte, los hermanos se han reunido con su madre, quien los apoya en el stand y en todas sus actividades profesionales. Y eso ha hecho que todo el esfuerzo valga la pena.

Ignacio Mayorga Alzate

Literato e historiador del arte, selector de vinilos y periodista cultural. Aprendió a leer en silencio para que no se lo llevara el Diablo. Fanático de lo periférico, lo terrorífico y lo sangriento. Escribe frases largas y párrafos extensos. No muestra su rostro en video.

Literato e historiador del arte, selector de vinilos y periodista cultural. Aprendió a leer en silencio para que no se lo llevara el Diablo. Fanático de lo periférico, lo terrorífico y lo sangriento. Escribe frases largas y párrafos extensos. No muestra su rostro en video.

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