Les traemos una nueva entrega de esa especie que parece tomarse las calles cuando la Selección juega, vampiros futboleros que por convicción o aceptación social aman u odian al equipo nacional.
Taxista (empacado al vacío): Para poder soportar la presión en la parte del abdomen, sus camisetas están fabricadas con telas más resistentes y elásticas que la camiseta original. Además, las usan unas 300 veces por año.
Tía: Están enteradas de la actualidad de la Selección en temas no futbolísticos. Saben cómo se llaman los sobrinos de Cuadrado y cuál fue la primera novia de James y el signo compatible con él. Sufren cada vez que le dan una patada a Falcao, pobrecito.

"Fuiciosos": La Selección no les importa mucho, a menos que convoquen a jugadores de su equipo del alma; en ese caso, quieren que su jugador sea siempre titular, obviamente, y si no lo es maldicen.

Futbolista frustrado (todos lo somos): Hizo las divisiones menores con James y asegura que era mejor que él pero que se rompió la rodilla y por eso nunca llegó al fútbol europeo. Todavía juega regularmente en canchas de fútbol 5 y cree que sabe más de fútbol y jugaría mejor que cualquier profesional.
