A diferencia de la segunda parte de una película, esta –seguro– le va a encantar.
Ya todos conocieron al Gato Fotógrafo, ese que lleva los ojos puestos en el visor de una cámara disparando en medio de la noche y la fiesta. ¿Para qué volverlo a presentar?
Y para seguir con el ritmo de la pachanga, como dice la canción –porque la rumba va sola, va sola–, en Bacánika –un poco contra la corriente– no la queremos dejar de seguir; por eso, junto con este Gato, le traemos una nueva selección de fotografías–rumberas– bogotanas.
PD: Ya no hay whisky, se lo tomaron.