Aunque el tema del espectador es una obsesión recurrente, es posiblemente uno de los más fascinantes en el arte. Pablo Guzmán reflexionó sobre ello, tras bastidores, abstrayendo detalles o retratando personajes my urbanos y jóvenes con una técnica realista, pero con fuertes pinceladas, muy colorista y en general de gran formato. Guzmán juega también muchas veces con la perspectiva de manera que la obra hace parte del espacio interactuando y sorprendiendo, involucrando una y otra vez a ese espectador contemplativo y curioso.