Aunque casi todos se esfuerzan por tener un estilo propio y único, con frecuencia los ilustradores acaban pareciéndose entre sí más de lo que quisieran. Nuestro columnista Raeioul retrata a algunos de sus colegas vanidosos, torpes socialmente, con más seguidores que talento y atrapados en el cliché (incluido él mismo).










