La picardía, la sorpresa y la burla son el lenguaje natural de los barranquilleros; ahora imagíneselos en Carnaval. 
La Marimonda, el Garabato, el Congo y el Monocuco no fueron los únicos que invadieron las calles de La Arenosa para sacar todo lo que la sangre lleva dentro en estos carnavales, con más de 150 años de tradición. Bacánika estuvo en Barranquilla para capturar su sabor a través de un lente.