Es la amalgama formidable que nace de unir a una vidente, un campeón mundial de cubo rubik por equipos, una criadora de pecaríes de concurso y un humilde repostero de la pradera. Es un colectivo con serias aspiraciones de volverse un doble articulado, o al menos un superejecutivo, pero nunca un ejecutivo de cuenta. Juntos han vivido aventuras inolvidables que no les contamos porque no se las creerían. Por lo pronto, han de saber que realizan cada dos meses una fiesta en Bogotá, la capital de Colombia; que crearon un formato para una fiesta con grupo incluido, la cual no es ni concierto ni fiesta normal; que ahora también tienen un periódico-poster —impreso y en versión digital— y este sitio web para escribir ociosidades como esta. Dentro de sus próximos proyectos está la construcción de un dojo llamado Chaolín para recibir el fin del mundo y un centro de educación intensiva para el niño hiperactivo en donde se les enseñará a sacar provecho de su constante pedaleo en una bicicleta.